Twitter, a la cola de eliminación de contenido de odio
Elon Musk prosigue con la deriva de Twitter. Uno de sus últimos movimientos ha sido el cierre de la oficina que la compañía tenía en Bruselas, lo que ha provocado la marcha de Julia Mozer y Dario La Nasa, que estaban a cargo de la política digital de la compañía en Twitter. Los temores entre las autoridades europeas no han tardado en aparecer, preocupados porque el movimiento implique un menor compromiso de la red social a la hora de cumplir con la legislación europea en materia de supervisión del contenido on-line.
Tanto Mozer como La Nasa –se desconoce si han sido despedidos o han dimitido-jugaron un papel esencial para que Twitter cumpliera con la Ley de Servicios Digitales -que entró en vigor el pasado 16 de noviembre- de la Unión Europea (UE) y su código de desinformación que busca proteger a los usuarios, cuyo incumplimiento puede acarrear multas de hasta un 6% de la facturación mundial. El hecho de que las dimisiones de directivos con roles similares se hayan sucedido por todo el mundo y que Musk hablara de ‘amnistía’ de las cuentas suspendidas anteriormente han incrementado la inquietud entre los reguladores europeos.
Desde que Musk despidiera a cerca de 7.500 personas la pregunta de si la red social cuenta con suficiente personal para garantizar la supervisión del contenido que publica está en el aire. Los mensajes de odio y la desinformación son las mayores preocupaciones, especialmente en un momento como el actual en el que la guerra en Ucrania y la crispación política que se vive tanto en Europa como en EEUU han provocado una explosión de estas malas prácticas.
Estos temores no son infundados: según datos de la propia Comisión Europea, la eliminación de discursos de odio por parte de Twitter ha caído un 5% respecto al año pasado… y no es, precisamente, porque existan menos. El informe que acaba de publicar la Comisión revela que si en 2021 Twitter eliminó casi el 50% de las publicaciones de discursos de odio que se le notificaron, este año ha suprimido un 45,4%, convirtiéndose en la plataforma que peor registro tuvo. A decir verdad, salvo YouTube, que ha mejorado sustancialmente eliminando el 90,4% de las publicaciones denunciadas frente al 58,8% del año anterior, el resto de redes sociales empeoró sus resultados.
Sumando las acciones tomadas por todas las plataformas en la supervisión de contenido en las primeras 24 horas desde la denuncia, la tendencia cae en picado desde hace años, habiendo pasado del 90,4% de 2020, al 81% de 2021 y el 64,4% de este año. En este capítulo TikTok es la única que ha mejorado sus estadísticas, revisando el 91,7% del contenido notificado frente al 82,5% del año anterior.
En términos globales, las eliminaciones se mantienen estables, puesto que los porcentajes fueron de 63,6% y 62,5% en 2022 y 2021, respectivamente… eso sí, lejos del 71% de 2020. No sólo Twitter se encarga de empeorar la estadística; también lo hace Facebook, que ha caído del 70,2% de 2021 al actual 69,1%.
Entre los discursos de odio destacan aquellos que amenazan con matar o atacar a colectivos concretos, mensajes que se han eliminado en un 69,6%, según la Comisión Europea. En cuanto a la difamación de determinados grupos, ya sea verbal o con imágenes, la eliminación se situó en un 59,3%. El colectivo más atacado es el gitano, con un 16,8% de los ataques, seguido muy de cerca por los ataques de xenofobia (16,3%) y los basados en la orientación sexual (15,5%).
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