El porno en internet abre la puerta al control biométrico de menores
El consumo de pornografía en internet por parte de niños y niñas cada vez comienza a edades más tempranas situándose, según diversos estudios, en la horquilla de los 7-8 años. Además, informes como el elaborado por Save The Children en 2020 advertía de que su consumo frecuente ronda el 70%, accediendo mayoritariamente desde dispositivos móviles. Más allá del debate de fondo sobre la idoneidad de este contenido, la realidad es que existe y es accesible por cualquiera. ¿Debería ponerse coto a los menores de edad a través de la tecnología? ¿Es posible utilizar dispositivos biométricos para ello? Ya existen gobiernos que se lo están planteando.
Los miembros del Partido Conservador presionan cada vez más al primer ministro británico Rishi Sunak para reforzar los controles de seguridad para que los menores no puedan acceder a la pornografía en internet. Se está negociando el nuevo Proyecto de Ley de Seguridad On-Line y esta es una de las enmiendas que ha aparecido. A finales de este mes de febrero, la Cámara los Lores debería debatirla y ver si suman esta medida a otros controles en vigor en Reino Unido, como son la incorporación de los datos de una tarjeta de crédito o de cualquier otro documento oficial que certifique su edad real.
Las soluciones biométricas se perfilan como una alternativa. Ya existen experiencias al respecto, como es la aplicación Yoti puesta en marcha por Meta (matriz de Facebook e Instagram), que mediante su tecnología de reconocimiento facial determinaba o no la mayoría de edad. Facebook ya ha comenzado su implantación en EEUU para las personas usuarias de su servicio de citas (Facebook Dating), después de que en Instagram alcanzara una efectividad del 96% en aquellos menores que intentaron cambiar su edad para ser mayores de 18 años, según la compañía.
No sorprende, pues, que incluso más allá del mundo del porno, diversas redes sociales hayan expresado su temor porque medidas similares deriven en una sangría de usuarios y usuarias. Así lo puso de manifiesto una reciente investigación de Financial Times, que reveló que redes como TikTok o Instagram temen una caída de ingresos publicitarios como consecuencia de esta reducción de usuarios si se incorporan controles biométricos.
El control de edad está cobrando peso en la agenda política de muchos países. La pornografía vuelve a situarse ahora en el centro del debate, pero la venta de alcohol por internet o el acceso a sitios de apuestas también están encima de la mesa, con el objetivo de impedir que un menor pueda realizar operaciones con la tarjeta de crédito de su padre/madre cogida, quizás, en un descuido.
Sin embargo, la medida es controvertida porque incluso en un país como EEUU, mucho menos celoso de la privacidad de su ciudadanía que en Europa, un estudio de 2022 revelaba que únicamente el 8% de los padres y madres estaban a favor de escanear los rostros de sus hijos e hijas. Entre las grandes preocupaciones, claro está, es figura la seguridad y el riesgo a filtraciones de datos tan sensibles. ¿Estamos más cerca de que se implanten esos controles por ley? Reino Unido es pionero en este tipo de medidas y la pregunta que surge es si sus vecinos europeos, incluida España, seguirán sus pasos.
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