Nuestros gobernantes nos matan
Ser gestor público es tener en las manos la vida de millones de personas, en sentido absolutamente literal. Cuando se accede a la presidencia de una Comunidad Autónoma, entre las competencias que uno o una asume se encuentra la Sanidad pública y de la gestión que realice de la misma dependerá en gran medida la tasa de mortalidad. El exceso de mortalidad de casi 35.000 personas en 2022 nos dice que la gestión de nuestros gobernantes nos mata. ¿Quién sería tan estúpido de renovar la confianza en quien se ha convertido en nuestro verdugo?
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