Que tampoco segreguen los ricos
Segregar por sexo es retrógrado, contraproducente, vestigio de una cultura machista que no logramos quitarnos de encima y que, precisamente con esa división por sexos, perpetuamos. Por este motivo, que el Tribunal Constitucional avale que los colegios que segreguen no perciban fondos públicos es una muy buena noticia. Sin embargo, no es suficiente. La medida debería prohibir por ley que ya sea en centros públicos o privados esta discriminación no se produzca. Que segreguen los ricos no es una opción.
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