Fortalecer los procesos electorales abriendo su software
El Teatro Echagaray de Málaga acogió recientemente la 17 edición de EmpoderaLIVE, un evento organizado por la Fundación Cibervoluntarios. Con el lema Soberanía digital ciudadana: en construcción, la cita de este año reunió a más de una veintena de ponentes especializados en el mundo de tecnología cívica, esto es, aquella que sitúa a las personas en el centro para construir una sociedad mejor. El ingeniero Patricio del Boca fue uno de ellos y abrió un melón interesante: ¿Por qué no existen estándares para los datos electorales? ¿Por qué los gobiernos son tan reacios a abrir el software que utiliza en sus procesos electorales?
Del Boca trabaja como desarrollador de software senior en la Open Knowledge Foundation. Desde allí trabaja en un ambicioso proyecto bautizado como Infraestructura Pública Digital para Procesos Electorales, que bebe de la herencia de otra iniciativa anterior que desarrolló en Open Data Córdoba (Argentina) para un Escrutinio Paralelo en Córdoba en pos de una elecciones abiertas y colaborativas.
Tal y como explicó durante su intervención en EmpoderaLIVE, “el objetivo es que todo el software que se utilice en los procesos democráticos sea software abierto, público, colaborativo y que invite a la ciudadanía a participar en esos procesos electorales”. Desde su punto de vista, se trata de una cuestión de transparencia que contribuiría a fortalecer las democracias, combatiendo los cuestionamientos malintencionados de la limpieza electoral.
“Los sistemas de recuento de votos deberían ser abiertos y auditables”, indicó, porque de otro modo se abre la puerta a situaciones como las sucedidas en las elecciones de EEUU, Brasil o Bolivia, donde alguno de los candidatos cuestiona el procesos y siembra la duda de pucherazo. En la actualidad, “no se permite auditar el sistema de la compañía encargada de realizar el recuento”, lo que deriva en que, ante cualquier incidencia técnica, puedan generarse sospechas de fraude.
Del Boca ilustró este tipo de incidencias con lo que vivió en su Córdoba natal, cuando la comunicación del escrutinio se detuvo durante mucho tiempo y, una vez reactivado, el resultado había variado notablemente. Este tipo de incidencias son habituales, de hecho, en España hemos asistido en varias ocasiones a parones de este tipo en la comunicación del escrutinio, incluido en las pasadas del 23-J. La postura de este ingeniero argentino sostiene que cada vez con más frecuencia aparecen candidatos que las aprovechan para hablar de fraude, generando crispación social que deviene en una amenaza para la democracia. Abrir los sistemas resolvería esta problemática.
Se da la curiosa circunstancia de que “cuando la tecnología no es transparente hasta la extrema derecha te gana el discurso”, afirmó Del Boca al recordar cómo Bolsonaro pidió abrir el software de recuento en las últimas elecciones brasileñas. En su opinión –y mal que le pese- el candidato de extrema derecha tenía razón, confirmando cómo “en las dinámicas de poder, uno no quiere transparencia en un momento dado pero al siguiente sí”, en función del lugar puntual que ocupe, por lo que es importante aprovechar ese momento.
Del Boca considera que los casos de éxito son fundamentales para que la transparencia en los procesos electorales triunfe, porque si un gobierno lo implanta, eleva los mínimos exigibles de transparencia y condiciona al resto, señalándolo como más opaco. Quizás este es el motivo por el que ningún Estado propicia la apertura de estos sistemas. En España, la adjudicataria histórica para realizar la obtención del escrutinio provisional de los resultados electorales y su difusión es Indra. En las últimas elecciones generales, de hecho, fue la única compañía que se presentó a la licitación, adjudicándosela por cerca de 11 millones de euros. En los pliegos técnicos de dicha licitación no aparece la exigencia de que el software sea open source, blindando su acceso a la auditoría ciudadana. Tanto es así que la propiedad intelectual de la web que se utilizó, incluida la estructura y contenido, corresponde al Ministerio del Interior en exclusiva por un plazo de 12 años y para todo el mundo, con la salvedad de las licencias que Indra haya requerido para el desarrollo del proyecto. Hechos así, en opinión de Del Boca, propician la propagación de bulos, como de hecho vivimos en nuestro país con las acusaciones de fraude de 740.000 votos por correo.
“La desinformación no hay que combatirla desde la tecnología, sino desde la educación cívica”, aseguró Del Boca, que entiende que las fake news siempre han existido y existirán, forman parte del poder, por lo que fomentar el espíritu crítico es el mejor antídoto. Sin embargo, para poder desarrollar este espíritu crítico es preciso disponer de datos abiertos sobre los que plasmarlo.
El alegato de este desarrollador de la Open Knowledge Foundation no es en absoluto ingenuo. Como experto en open data, Del Boca entiende que ningún gobierno comparte la información solo por hacer el bien, sino que forma parte de esa dinámica de poder en democracia en la que cada actor utiliza o ignora el gobierno abierto para consolidar su posición e influencia en la sociedad. En este sentido, para el argentino el gobierno abierto no ha de entenderse como una acción unilateral del gobierno hacia la sociedad, sino más bien como un flujo multidireccional entre los diferentes actores de una democracia. No sabemos qué gobierno le pondrá el cascabel al gato, pero lo que parece seguro, a la luz de lo expuesto por Del Boca, es que estandarizar la forma en que los gobiernos publican sus resultados electorales es crucial para desarrollar herramientas que fortalezcan los procesos democráticos.
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