Musk expuesto al efecto mariposa de Bluesky
La plataforma X (anteriormente Twitter) volvió a sufrir ayer jueves una caída que afectó a miles de usuarios. Como sucedió en otras ocasiones, la compañía de Elon Musk no ha ofrecido información sobre las causas de la interrupción, que también afectó a X Pro, anteriormente conocida como TweetDeck. La plataforma rival Threads, de la compañía Meta, sirvió para que los usuarios se despacharan a gusto contra la gestión de Musk, que desde que adquiriera X por 44.000 millones de dólares ha deteriorado la red social de manera muy significativa. ¿Asistimos en cámara lenta a la debacle de X?
Las diferencias entre X y Twitter son tantas que sus usuarios y usuarias comienzan a estar algo más que irritados, especialmente los de pago, que durante la última caída tampoco recibieron atención alguna más allá de una respuesta automática a sus correos electrónicos que instaban a consultar más tarde. Una semana atrás, volvió a repetirse una incidencia que ya se produjera en marzo: todos los enlaces salientes de X dejaron de funcionar.
Lejos de resolver los problemas de rentabilidad de la red, el número de usuarios de la red se ha reducido y los ingresos por publicidad se han desplomado un 60%. De hecho, entre las multinacionales del peso que han recortado su apuesta publicitaria por X se encuentran compañías del calibre de IBM o Disney. Ello, unido a movimientos de Musk como la readmisión del teórico de la conspiración Alex Jones –suspendido en 2018- no está favoreciendo a ganar apoyos. Por si esto no fuera poco, la Comisión Europea tiene abierta una investigación para determinar si X ha violado los términos de la Ley de Servicios Digitales, difundiendo contenido potencialmente ilegal, favoreciendo a demás a la desinformación.
Desde que Musk aterrizara en Twitter como un elefante en una cacharrería –despidos masivos incluidos- otras redes como Mastodon o Threads se han presentado como alternativas. Hay una tercera, Bluesky, precisamente creada por el fundador de Twitter, Jack Dorsey, que parece estar aprovechando la progresiva sangría de usuarios que ha provocado Musk en X.
A pesar de que hasta la fecha solo es posible acceder a Bluesky si se cuenta con códigos de invitación, en los últimos meses el número de usuarios va creciendo habiendo roto ya la barrera de los 2,5 millones, apenas un año después de que viera la luz. Estos códigos pueden obtenerse tras aguardar su adjudicación en la lista de espera (con millones de personas apuntadas) o bien porque un conocido que ya sea usuario extienda la invitación. Cada vez más medios de comunicación se adhieren a Bluesky y hace un par de meses, incluso el comisario de Mercado Interior de la Unión Europea (UE), Thierry Breton, anunció haberse creado una cuenta en esta red social.
Bluesky, que fue un proyecto de Twitter cuando Dorsey aún estaba abordo, funciona como una plataforma masiva y descentralizada. Desde que comenzó a gestarse allá por 2019, el objetivo era crear un “estándar abierto y descentralizado para las redes sociales”. Mastodon, por ejemplo, también es un buen ejemplo de descentralización, es decir, que reparte las cargas de trabajo entre múltiples servidores más pequeños y dispersos, algo opuesto a lo que hacen Twitter, Facebook o Instagram.
Dorsey siempre ha tenido en mente desarrollar una red alternativa y, de hecho, entre sus planes se encuentra lanzar una funcionalidad de Federación que, como él mismo indica, esté “a prueba de multimillonarios”, dicho de otro modo, que los usuarios no estén sometidos a los caprichos de magnates como Musk, tal y como sucede ahora mismo en X, donde la transparencia es inexistente. Otra funcionalidad previstas para Bluesky es la de mantener las publicaciones privadas, restringiéndolas al público general.
El diseño de Bluesky recuerda mucho al Twitter de los primeros años, con los identificativos colores azul y blanco en su interfaz. Por lo demás, el aspecto es muy similar, mostrando publicaciones de seguidores y su número, las cuentas que se siguen, etc. pero con la ventaja añadida de poder moderar los algoritmos, de manera que es posible filtrar más fácilmente el contenido y silenciar cuentas para ocultar publicaciones.
2024 puede ser el año de Bluesky. Aunque es verdad que está lejos de sus rivales –X cuenta con uno 225 millones de usuarios mensuales y Threads con unos 141 millones-, haber crecido un 5.100% desde su creación a golpe de invitación da pistas del papel que puede jugar. Su director ejecutivo, Jay Graber, ha desvelado que en breve lanzarán su nuevo logotipo, una mariposa. ¿Experimentará Musk en carnes propias el efecto mariposa, esa teoría del caos cuando en el otro rincón del mundo una mariposa bate sus alas?
(Artículo en Público)
Sin comentarios