Servir a la mentira no es buen negocio
La libertad de prensa siempre le ha sentado muy mal a la derecha. Para quienes defienden la democracia únicamente hasta que deja de serles útil, un buen o buena periodista sólo lo es si sus informaciones sirven a sus propósitos (o cuando fallece). Silvia Intxaurrondo no lo es. Lo triste es que para seguir ganándose el favor de esa derecha, haya compañeros de profesión que participen en una cacería que busca desprestigiar a una gran profesional.
La entrevista que Intxaurrondo realizó, junto a su compañero Marc Sala en TVE, a Alberto Núñez Feijóo durante la campaña electoral de las elecciones generales constató las mentiras y soberbia del candidato del PP. Ese hecho, que en realidad es consecuencia de ser una periodista rigurosa con la verdad y el dato, traía consigo una factura a la que la propia Intxaurrondo sabía que tendría que hacer frente. Ya lo hizo en Telemadrid cuando entrevistó a Isabel Díaz Ayuso que, acorralada por sus propias contradicciones y autoritarismo, terminó por perder los papeles. Aquel ejercicio de buen periodismo le valdría el despido a Intxaurrondo porque en la Comunidad Autónoma paraíso de la libertad y las cañas la televisión pública es el NODO de Ayuso so pena de despido.
Desde aquella entrevista a Feijóo, la periodista ha estado en el punto de mira de la derecha, que no soporta que acudir una entrevista con ella cargada de mentiras siempre suponga una derrota. En sus intervenciones, en sus tuits… el PP ha querido ir minando la credibilidad de Intxaurrondo y, sin embargo, ésta ha ido en aumento. Así las cosas y siguiendo su manual de la manipulación, han activado otro tipo de resortes, recurriendo a periódicos que trascienden a los meros generadores de bulos, que financian los gobiernos regionales del PP y sobre los que mandan del mismo modo que en sus televisiones autonómicas.
El hecho de que desde el primer momento en que El Mundo se prestó a la cacería a Intxaurrondo, ésta exigiera rectificación –que no se ha producido- y, posteriormente, la Red de Colegios Profesionales de Periodistas haya respaldado a la periodista, revela la intencionada falta a la verdad de los de Joaquín Manso. Cargada su escopeta para cobrarse una pieza mayor y colgar su cabeza en el salón con chimenea de la derecha, han terminado por pegarse un tiro en el pie.
Cuanto más ataca la derecha a Intxaurrondo, más brilla la periodista, cuyo trabajo mantiene la misma línea de rigor y profesionalidad que ha seguido desde que acierto a recordar en la Cadena SER, junto al maestro Iñaki Gabilondo. No es que ella sea ajena a la cacería de que es víctima y a la que se ha vendido El Mundo, pero su ética y deontología es tal que su trabajo no se ve afectado, es impermeable a esta canallada.
Este es el motivo por el que Intxaurrondo cada vez cuenta con más apoyos, respeto y admiración y, en cambio, quienes atacan la libertad de prensa, ya sean promotores o lacayos, se emponzoñan con su propio veneno. Como si de un bumerán se tratara, el descrédito que El Mundo quiso lanzar contra la periodista se ha vuelto en su contra, golpeándole en la nunca sin verlo llegar. Servir a la mentira nunca es buen negocio o, al menos, no debería serlo. Vivimos momentos convulsos en los que los bulos, la desinformación y la mentira aborregan a masas, pero incluso en momentos así, quienes se aferran a la verdad, brillan. Y Silvia Intxaurrondo brilla, en contraste con el agujero negro de la derecha.
(Artículo en Público)
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