No falta dinero, sobran dedos

 Atlas

Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) es amigo de la política del dedazo. En pleno proceso judicial por sus polémicos contratos a dedo a la Sanidad privada, calificadas como fraude de ley por la Intervención del SAS (Servicio Andaluz de Salud), el presidente andaluz vuelve a adjudicar dinero público en un claro trato de favor: 600.000 euros para una macroprocesión en Sevilla.

La gestión presupuestaria de la Junta de Andalucía es tan deficiente que, a pesar de que apenas destina a Cultura el 0,4% del total, a estas alturas del año le ‘sobra’ dinero. De los escasos 200 millones de euros que tenía previsto invertir este año en Cultura, el gobierno autonómico cerró noviembre con diversos remanentes para los que no encontró mejor destino que un macroevento cofrade.

Los de Moreno Bonilla no se han planteado abrir convocatoria de subvenciones respetando los principios de publicidad, transparencia, objetividad, igualdad y no discriminación. ¿Para qué, pudiendo conceder una subvención “de carácter excepcional”? Tampoco han detallado de qué partidas concretas proceden estos remanentes, algo que demanda el sector cultural andaluz, que acaba de ver resultas las subvenciones solicitadas en 2023, habiendo tenido que sostenerse a pulmón en 2024.

Este puente de diciembre se celebra en Sevilla el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que concluirá con una procesión magna el próximo 8 de diciembre. Ese es el acto al que la Junta ha concedido a dedo 600.000 euros, a los que habrá que sumar una factura pública de casi 2,5 millones de euros en materia de seguridad, movilidad, limpieza o transporte público.

El agravio comparativo es flagrante: mientras en 2024 y para toda Andalucía Moreno Bonilla ni siquiera ha destinado un millón y medio de euros a las artes escénicas, en un solo día gastará 600.000 euros para la procesión magna, prácticamente la mitad. Sin ni siquiera profundizar en el carácter farandulero que tienen estas procesiones, con más fervor que fe, había muchas maneras de hacerlo mejor y más justas de lo que lo ha hecho el gobierno andaluz.

Con este nuevo dedazo a una entidad privada, el Consejo General de Hermandades y Cofradías, Moreno Bonilla se ha pillado los dedos. Asumida su mala gestión que genera superávit en una partida como Cultura que está infrafinanciada, no era necesario destinar todos los remanentes a un único evento, especialmente si es religioso en un Estado aconfesional como España. En la carta remitida por las entidades del sector de las artes escénicas a la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, recuerda cómo las partidas destinadas a Cultura llevan años de recortes, “tanto en las subvenciones en régimen de concurrencia competitiva para la promoción del teatro, la música, la danza y el circo, como en los programas Abecedaria y Red Andaluza de Teatros Públicos”.

Los datos no engañan: si en 2016, el sector escénico andaluz (teatro, danza y circo) solicitó ayudas por un total de 3,2 millones de euros (121 proyectos) y tan sólo se concedió el 28% (900.000 euros), en 2023 solicitó 7,4 millones (185 proyectos) y únicamente se han concedido ayudas a 50 proyectos con menos de una quinta parte del montante (19%). Frente a esa realidad, este mismo año se ha firmado un plan de 8 millones de euros para 2024-2026 en ayudas para el arte sacro, superando en 2 millones al plan anterior.

Si pésima es la gestión económica de la Junta de Andalucía, la asociada a la Iglesia católica no es mejor, tal y como se desprende de la bancarrota en que anda sumido el Vaticano. En lo que a sus satélites cofrades se refiere, quizás no es mala gestión, quizás es codicia, porque disfrutando de una financiación, no sólo autonómica, sino de otros organismos públicos, como ayuntamientos y diputaciones, y privados no dudan en poner el cazo.

La ausencia de generosidad y empatía del Consejo General de Hermandades y Cofradías con el sector cultural que evidencia el acaparamiento opaco de todos los remanentes de Cultura es más que evidente. El Consejo es más que consciente de lo irregular del proceso y del mal que hace al sector cultural, pero va a lo suyo. Quizás es a eso a lo que se refiere el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz, cuando indica que este congreso, que espera congregar a unos 1.800 congresistas (el 60% de Sevilla), debe servir para “modular todas las dimensiones de esta rica realidad que son las hermandades”. Rica es, desde luego, pero a costa del erario público, a lo que hay que sumar lo que ya han sacado de la venta de sillas (cerca de 800.000 euros) para ver la procesión y los 225.000 euros de las inscripciones al Congreso.

Mientras, Moreno Bonilla invierte en Cultura 25 euros per cápita al año, muy lejos de lo que destinan otras Comunidades Autónomas. No es que falte dinero, es que al presidente le sobran dedos.

(Artículo en Público)

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