Jugarse España por un tiro al poste
Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) va a presidir el Comité Europeo de las Regiones (CDR). El CDR se creó para representar a los entes locales y regionales de toda la Unión Europea (UE) y asesora sobre el 70% de la legislación comunitaria, que es la que afecta a las regiones y las ciudades. El hecho de que el presidente de la Junta de Andalucía esté al frente de este órgano consultivo es una buena noticia para la región que preside y para España. Por este motivo y a pesar de que no haber hecho ningún mérito para ello, la izquierda española ha hecho gala de una lealtad que el PP jamás ha tenido con el Gobierno central y, por tanto con España.
La presidencia del CDR de Moreno Bonilla no se prolongará durante los cinco años que contempla el mandato; tan sólo estará la mitad, pues los otros dos años y medio correrán a cargo de la vicealcaldesa de Budapest, la socialista Kata Tütto, tal y como se contempla en un acuerdo entre el PP europeo (PPE) y el Grupo Socialdemócrata. Siempre es una noticia que un español o una española esté en puestos de responsabilidad en Europa. Eso es algo que el PP no entendió en su día con Teresa Ribera, actual vicepresidenta europea para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, a la que quiso desprestigiar e impedir su nombramiento, quedándose el PP español sólo en el Parlamento europeo –ni siquiera contó con el apoyo del PPE-.
La diferencia entre Ribera y Moreno Bonilla es que la primera tenía en su haber muchos méritos para ocupar un cargo de tanta responsabilidad. El presidente andaluz, en cambio y a pesar de optar por un puesto de mucho menor calado, tiene más desméritos que méritos. Además de presidir la región española líder en desempleo y a la cola en PIB por habitante tras sus seis años de gestión, pilares del estado de bienestar como la Sanidad Pública o la Dependencia también se encuentran cerrando el ranking español.
Moreno Bonilla ha conseguido llevar a Andalucía a ser una de las regiones más deprimidas de toda Europa (su PIB per cápita es inferior al 75% del PIB medio de la UE), algo que podrá trasladar al CDR para buscar soluciones que puedan ser replicadas a otras zonas del sur de Europa. El problema es que el líder popular no goza de credibilidad en Europa. Así se evidenció cuando viajó a Bruselas el pasado mes de octubre y, entre las reivindicaciones que expuso, se encontraba que la UE impulse más obras hidráulicas en Andalucía para tener “agua suficiente”. Él, precisamente, que si por algo es conocido en Europa es por haber puesto en peligro Doñana al querer legalizar las explotaciones ilegales de los acuíferos… algo, por cierto, que no pudo hacer porque, precisamente, Ribera le paró los pies.
A pesar de su relación de desméritos, la izquierda no imita el comportamiento del PP y no tirará por tierra su nombramiento, que se votará el próximo 20 de febrero. Hacer daño al rival político a costa del bienestar del país y su ciudadanía no es de ley, ni siquiera honesto ni responsable. Sin embargo, al PP poco le ha importado eso en los últimos tiempos, tal y como confirma la hemeroteca con solidez y abundancia.
Todavía está fresco el esperpento de negociación en Europa para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuando el único que llevaba cinco años incumpliendo la Constitución era el PP. La derecha aprovechó entonces para escupir toda suerte de descalificativos gruesos en Europa contra nuestro Gobierno, faltando a la verdad y dibujando a España como un país en quiebra democrática.
Más recientemente, Feijóo se paseó por Europa sobreactuando y hablando de "situación de crisis institucional y política", apoyándose para ello en causas judiciales que ni siquiera está resueltas, algunas de ellas camino de desinflarse. La desvergüenza de los populares es tal que se permiten el lujo de proponer el delito de deslealtad institucional cuando los hechos indican que el PP bate todos los récords en la materia.
En ese sentido, apoyar la presidencia del CDR de Moreno Bonilla tiene todavía más mérito, porque si algo ha demostrado es que no es de fiar. Ya jugó sucio con el asunto de Doñana y no es en absoluto descartable que el presidente andaluz utilice su altavoz del CDR para volver a desprestigiar a España ante toda Europa. No se puede obviar, además, que el PP andaluz tiene ahora enfrente a un PSOE aparentemente reforzado con el nuevo liderazgo de Mª Jesús Montero, por lo que lanzar dardos desde Bruselas contra la vicepresidenta primera de España es muy tentador para Moreno Bonilla.
De hecho, en el anuncio realizado por la portavoz del Ejecutivo andaluz, Carolina España, en lugar de hacer extensivo el triunfo del nombramiento y felicitarse por el bien que se puede hacer por la región y por el conjunto de país, aprovechó para tirar puyas afirmando que es Moreno Bonilla quien está "recuperando un terreno que estaba prácticamente perdido en las instituciones europeas", acusando a sus antecesores de vivir "de espaldas a la Unión Europea".
El PP siempre quiere para sí lo que no es capaz de dar; el problema en este caso es que, como ha sucedido recientemente con el real decreto del escudo social y siguiendo la doctrina Rajoy del ‘cuanto peor, mejor’, está dispuesto a sacrificar a España para una impostada (y pírrica) victoria electoral. No es un gol, tan solo un tiro al poste.
(Artículo en Público)
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