Capillitas low cost

 Raúl Caro / EFE

Anda Sevilla revuelta estos días. El motivo es que ha corrido como la pólvora que cada vez son más populares los bordados sacros fabricados en Pakistán. Desde mantos de vistas y sayas a banderines, bandas y estandartes, incluso los techos de palios, son confeccionados en el país asiático y comercializados por precios significativamente más baratos –hasta tres veces- que los realizados y vendidos por los artesanos nacionales. Ni la tradición, ni la cultura ni el respeto por el trabajo artesanal valen nada, ni siquiera, la fe cuando hay que rascarse el bolsillo.

Las compras de estos bordados low cost no son algo nuevo. Ya hace años que los foros de cofrades vienen alertando del fenómeno, ocurriendo en diferentes puntos de Andalucía. En 2024, por ejemplo, fue sonado el caso de la Hermandad de la Clemencia, que en pleno Martes Santo cubrió a la María Santísima de la Salud y Esperanza con el conocido como ‘manto de los flamígeros’ made in Pakistán.

El gremio de artesanos denuncia que, además de estar produciéndose plagios de sus obras, los bordados asiáticos incumplen la normativa; algo que parece importar bien poco a algunas cofradías que se rinden a lo atractivo del precio por encima de cualquier otra consideración. Sorprende esta puñalada por la espalda a tradiciones tan ligadas a la fe cuando, además, desde la llegada de Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) a la Junta de Andalucía, si algo no ha faltado a cofradías y hermandades es dinero. Sin embargo, los bordados low cost continúan popularizándose, incluso y según denuncian algunos artesanos, entre talleres de renombre, que no pueden competir en precio y han optado por incorporar algunas de estas piezas hechas en Pakistán.

Todos tenemos contradicciones, tanto a derecha como a izquierda. En este último flanco, por ejemplo, es imposible no detectar incongruencias en las corrientes anticapitalistas porque, sencillamente, el sistema está muy bien tramado para que de un modo u otro, en algún momento, te atrape. Sin embargo, el caso de los bordados es muy ilustrativo, porque el arte sacro goza en Andalucíade unas prebendas que no tiene ninguna otra parcela del mundo de la cultura y quienes compran estas copias baratas, en cierto modo, están escupiendo sobre todo cuanto veneran cuando pasean esos bordados.

La diferencia entre derecha e izquierda que es que mientras ésta última sufre esas contradicciones y lucha por sacudírselas, aquélla se desenvuelve con soltura jactándose de poder soplar y sorber a un tiempo, a pesar de que tal habilidad es imposible. Vemos claros ejemplos estos días, con la sombra de aranceles de EEUU sobre productos españoles tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

El intento de soplar y sorber a la vez es más evidente en Vox, a pesar de que alguno de sus dirigentes incluso plantea dudas sobre si podría mascar chicle y caminar a un tiempo. Nadie con sentido común espera más de la formación ultraderechista. Sin embargo, el PP ha caído en la misma trampa, esto es, apoyar decididamente a Trump, a pesar de que el republicano puede estrangular a diversos sectores españoles. A medida que este hecho se ha ido haciendo más evidente, Alberto Núñez Feijóo ha ido modulando el apoyo, algo todavía más cristalino tras las encendidas críticas de Esteban González Pons a Trump, al que llegó a llamar "macho alfa de una manada de gorilas".

Moreno Bonilla en Andalucía ha decidido atajar sus contradicciones con dinero, concretamente, con casi 1.000 millones de euros para el sector del aceite. Todavía no sabemos si habrá o no aranceles, los datos de cosecha son increíblemente mejores que los del año pasado pero, aun así, el presidente andaluz se aferra al efecto analgésico  de esos 1.000 millones, sean necesarios o no. No podemos olvidar que en 2024 pagamos nuestro aceite español a precio de oro. Los productores nos dijeron que la sequía y otros fenómenos como la subida del combustible habían reducido y encarecido la producción y, de ahí, que fuera inevitable la subida de precios –que, curiosamente, fue idéntica en todos los supermercados-. Hoy sabemos que el aceite de oliva fue el producto andaluz más exportado; los últimos datos manejaban un crecimiento de las exportaciones de un 43%.

Apoyar a quien te daña no es algo exclusivo de los partidos de derecha, también de sus votantes que, en caso de que lleguen los temidos aranceles, seguirán llevando en alzas, como santos o vírgenes envueltos en mantos low cost, a los Feijóo, Moreno Bonilla o Abascal, a pesar de apoyar a quien inflige el daño.

(Artículo en Público)

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